jueves, 28 de febrero de 2013

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15. Problemas virtualizando el Patrimonio: ¿Vista en perspectiva o vista ortográfica?

Le he dado muchas vueltas al título porque parece que empiezo a hablar en chino, pero tranquilos, respirad, no hay miedo. Soy consciente de que si empiezo ya con tecnicismos en el título voy a convertir este blog en un páramo inaccesible. Pero no me ha quedado otra salida: ¿Qué diablos son y qué diferencia hay entre la vista en perspectiva o la vista ortográfica y por qué nos pueden traer por el camino de la amargura?

Ambas son dos modos distintos de visualizar un objeto en tres dimensiones, sin embargo, tienen algunas diferencias fundamentales:

  • Vista en perspectiva: usa varios puntos de fuga y se caracteriza por deformar los objetos según la distancia a la que se encuentren, es decir, los objetos más lejanos aparecerán más pequeños. 
  • Vista ortográfica: no usa puntos de fuga sino líneas paralelas que nunca convergirán entre sí. Los objetos aparecen siempre con su tamaño real, se encuentren a la distancia a la que se encuentren del espectador. 

Fig.1. En estas dos imágenes, los cubos representados son exactamente iguales. Sin embargo, la de arriba (a) es una visualización en modo de perspectiva mientras que la de abajo (b) está en modo ortográfico. 

Ahora bien, ¿qué ocurre si usamos ambos modos para visualizar una estructura arqueológica desde una vista cenital, es decir, como si quisiéramos plasmarlo en un plano? Aquí lo tenéis (y, cómo no, uso el modelo del horno como ejemplo):

Fig.2. Dos vistas, desde el mismo ángulo pero en distinto modo, del Horno de Montesa: a) vista en perspectiva; b) vista ortográfica.


Por favor, vuelve a la imagen que reposa sobre estas líneas y obsérvala detenidamente, busca las 7 diferencias, que las has pasado por alto demasiado rápido. 

Bien, ahora sí. Como habrás podido observar, el fondo del horno aparece mucho más pequeño en la vista de perspectiva al encontrarse más alejado, mientras que en la vista ortográfica lo vemos sin ningún tipo de deformación, con sus medidas exactas. Estamos aquí (Fig.2b) ante una ortofoto que nos permitiría tomar medidas reales sobre el papel -algo que no se puede hacer en una foto normal-.

¿Qué problemas puede acarrear, para el trabajo arqueológico, el uso de un modo de visualización equivocado? 

Pues, por ejemplo, si queremos obtener la vista naturalista de una reconstrucción virtual no debemos usar el modo ortográfico ya que nos vendrá bien la presencia de perspectiva para que el resultado sea más realista y que nuestro ojo sea capaz de captar lo que está más lejos y lo que no. 

Más peligroso, sin embargo, es usar el modo de perspectiva a la hora de realizar planos: esto hará que en nuestro documento gráfico no estén representados los objetos con sus medidas reales sino deformadas, por lo que una de las finalidades de un plano arqueológico -la de realizar medidas en él- queda invalidada por completo. 

Fig.2. Aquí tenéis un ejemplo de cómo sería la planimetría del Horno de Montesa si se realizara a partir de  la imagen de nuestro modelo representada en el modo de perspectiva. ¡Comprobadlo volviendo a mirar la Figura 2!

Si nos encontráramos con la planimetría del horno realizada sobre una imagen en perspectiva, ¿estaría todo perdido? ¿no podemos solucionar el error? ¿estaríamos abocados a realizar de forma errónea la virtualización de las distintas unidades estratigráficas? Ni mucho menos: habiendo detectado el error, y mediante la comparación de los modelos en los diferentes modos (Fig.2) podemos saber dónde se encontraba exactamente cada UE de relleno de nuestro horno. Acarrea dificultades y algunos quebraderos de cabeza, pero se puede solventar el error

Sin embargo,para que todo sea completamente correcto,  a la hora de hacer planos y dibujos arqueológicos es imprescindible usar la vista ortográfica ya que así estaremos asegurando la fiabilidad métrica de nuestro dibujo.