lunes, 18 de febrero de 2013

14. Virtualizando una excavación arqueológica

¿Por donde debemos empezar a la hora de pasar del papel bidimensional a la pantalla en tres dimensiones? ¿Una virtualización consiste solamente en poder dar vueltas como tontos en torno a un objeto en 3D? ¿Cual es el fin de la virtualización a parte de la recreación visual? ¿Cómo va a ayudar al crecimiento de nuestro conocimiento histórico -que es, al fin y al cabo, lo que buscamos los historiadores-? Todas estas preguntas y muchas más revolotean por la cabeza a la hora de sentarse a dar forma a un proyecto de estas características.

Vista de la excavación donde fue hallado el Horno de Montesa (derecha). 

Lo que he tenido en cuenta desde el principio, tal y como comenté en la entrada anterior, es la planimetría de la excavación en AutoCad, que importé a Blender y usé en todo momento como guía para la creación, tanto del terreno como de las diferentes unidades estratigráficas -en este caso son la mayoría negativas, es decir, silos excavados en el suelo y pequeños orificios rectangulares para la plantación de vides-.

La apariencia final, eso sí, ha estado muy condicionada por las imágenes de las que dispongo en las que se puede ver el estado de la excavación:

Una de las fotografías realizadas por GLOBAL S.L. durante la ejecución de los trabajos.
Perspectiva similar en el modelo 3D.

La posibilidad de visitar la excavación desde nuestros ordenadores, sin embargo, sólo se hace interesante si esta nos aporta algo más:

- Observar y profundizar en el material utilizado por los arqueólogos en una excavación de estas características así como entender el trabajo diario en el campo. Aquí viene la parte difícil del asunto: la programación. Ya estoy haciendo pruebas para recibir información adicional al acercarnos a un objeto, por ejemplo, a la estación total, y así saber qué es, para qué sirve, cómo se usa, etc. Otro paso será la animación de personajes para que aparezcan trabajando en el campo, andando de aquí para allá, hablando entre ellos...

- Poder "viajar" de una época a otra, observando ese mismo espacio en los distintos periodos que fueron individualizados durante las excavaciones y mediante el trabajo arqueológico posterior. Se podrían así explicar cómo eran los silos y para qué se utilizaban, por ejemplo. En cuanto al propio horno, se podría observar su construcción y su uso, así como establecerlo en un espacio determinado que ya conocemos previamente gracias al modelo 3D de la excavación arqueológica.

El modelo fotogramétrico del horno, con texturas provisionales, incluido en la escena.


- Proporcionar acceso desde el modelo a las diferentes fichas de unidades estratigráficas, así como a los diagramas de Harris (que explican las relaciones entre unas UEs y otras) y a las propias secciones estratigráficas. Este último punto es en el que voy a poner más atención próximamente para realizar la virtualización de todas las unidades estratigráficas que fueron colmatando el horno hasta su hallazgo hace unos años.

Y aquí os dejo con un vídeo en el que podéis ver el resultado en movimiento:




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